Las principales ventajas del OCW “para los usuarios externos es elacceso a contenidos educativos de calidad superior”, explica Steve Carson, del MIT Open Course Ware?. Una opinión que comparte Martín Rodríguez, de la IE University e IE Business School, quien explica que “la persona puede entrar y tener unos recursos disponibles. Un estudiante puede estar estudiando una materia específica como Marketing, por ejemplo, en una universidad pero quiere emplear para su formación contenidos y materiales de otras universidades. Cada persona se administra la asignatura o el conocimiento que quiere adquirir”.
Además, el acceso a los contenidos no está limitadoy puede realizarse en cualquier universidad del mundo que publique su material en OCW. Un contenido que, a veces, suele estar traducido a varias lenguas. Por ejemplo, el MIT ya comenzó en la versión piloto del OCW en el año 2002 a traducir las publicaciones a otros idiomas como el español o el portugués, línea que ha continuado a lo largo de los años, pudiendo disponer de traducciones de material a lenguas como el chino e, incluso, el tailandés. De hecho, a nivel mundial hay más de 13.000 cursos disponibles en 20 idiomas.
En España, por ejemplo, también existen este tipo de experiencias y hay entidades que sí tienen sus materiales disponibles en otra lengua. Es el caso de la IE University. Sus materiales están traducidos al inglés “porque muchos de nuestros programas son en inglés”, añade Martín Rodríguez, de IE University e IE Business School.
Otra de las ventajas del OCW para el usuario es el amplio abanico de materiales y contenidos a los que puede acceder. Los recursos a los que se puede acceder no siempre tienen por qué ser estáticos o a modo de un libro de texto o manual. En el MIT se puede disponer de audio y vídeos a través de canales como You Tube? o iTunesU o imágenes en Flickr.
Los contenidos igualmente a los que se puede acceder son multimedia en otras universidades. “Tratamos de mostrar los contenidos de clase. Por un lado disponemos de los materiales interactivos como simuladores, casos de estudio, vídeos, gráficos… y otro material multimedia y, por el otro lado, están los documentos de lectura”, aclara Martín Rodríguez, de la IE University e IE Business School.
Pero a pesar de estas ventajas, el OCW también tiene algunos inconvenientes. De cara a los usuarios, la desventaja es que “no puedan contactar con los instructores o con otros estudiantes”, manifiesta Steve Carson, del MIT OCW, al ser un sistema que no permite resolver dudas con el profesor, intercambiar opiniones o realizar sugerencias.
No obstante, los inconvenientes del OCW están, sobre todo, relacionados con su evolución. “La principal dificultad para el desarrollo del OCW es el desconocimiento de gran parte del profesorado del alcance de sus beneficios, que se va solucionando a medida que se difunden nuevas experiencias de su uso” expone Edmundo Tovar, de la UPM, quien asegura que la compartición de experiencias y un programa atractivo de reconocimiento a la labor del profesor y de incentivos son claves para incrementar la participación.
Un problema que también se apunta desde el MIT. En este sentido, Steve Carson afirma que uno de los principales inconvenientes del OCW es la falta de implicación del profesorado, por lo que señala que es preciso “fomentar la participación de profesores”. Esta opinión igualmente es compartida por Xavier Arrieta, de la UPV, quien matiza que “hay profesores que están muy concienciados”, aunque “el OCW supone un trabajo adicional para todos ellos”.
Precisamente, uno de los retos del OCW para avanzar en su desarrollo es “dar protagonismo a los profesores para que integren el uso de OCW en sus nuevos hábitos docentes, reutilizando contenidos en abierto, y no sólo publicarlos”, afirma Edmundo Tovar de la UPM.
Además, también hay otras dificultades para su desarrollo como la gestión de la propiedad intelectual, que poco a poco se ha ido solucionando “mediante un sistema que garantiza el respeto de estos derechos”, así como el desarrollo de las tecnologías necesarias que permitan expandir el OCW y abrirlo a nuevas posibilidades, indican desde el MIT.
Los próximos retos
Las perspectivas de desarrollo en los próximos años del OCW son positivas.“El consorcio no para de crecer. El goteo de instituciones que se siguen sumando al consorcio mundial no para, atraídos por el éxito de los primeros proyectos y alianzas en la creación y uso de OCW en todo el mundo que muestran la sostenibilidad del movimiento”, asevera el director de la Oficina OCW de la UPM.
Además, distintas universidades confían en poder aumentar el número de publicaciones, además de trabajar en otros proyectos. Es el caso de la UPV en la que se prevé seguir impulsando la OCW, “aunque no hay una previsión exacta. Tenemos 5.000 asignaturas y el objetivo es el fomento de OCW”.
“Los contenidos, por supuesto, tienen que crecer, pero no en sí, sino también en su presentación”, afirma Martín Rodríguez, director de Proyectos Multimedia en IE University e IE Business School, quien asegura que continuarán aumentando el contenido, si bien “desde nuestra perspectiva no colocamos cualquier curso porque tienen que seguir el sistema OCW”.
Aparte de los proyectos individuales de cada universidad,a nivel europeo también se barajan nuevos retos a conseguir. Desde la Universidad de Delft, en colaboración con otras universidades, se ha presentado dentro del proyecto Erasmus una iniciativa para crear una red europea de OCW. El objetivo principal es buscar nuevos usos de estos materiales en el Espacio Europeo de Educación Superior (EEES), además de impulsar la OCW en Europa, continente en el que tiene menor peso que en otras regiones, con la excepción de España.
De momento, dentro del proyecto, que comenzó a principios del mes de octubre de este año y se prolongará hasta diciembre de 2013, ya se han empezado a dar los primeros pasos y se ha convocado una reunión de arranque que se celebrará el próximo día 2 de diciembre para impulsar esta red europea de OCW.
Los retos no se quedan sólo aquí.Para el MIT, el desafío de la OCW también pasa por “el mantenimiento de una posición de liderazgo en la educación abierta. En la actualidad hay más de 200 universidades que comparten el contenido de sus cursos en abierto. Sin embargo, muchas de ellas no están publicando el volumen en el que nosotros estamos por lo que para ellas es más fácil innovar. Están haciendo cosas realmente apasionantes”, explica Stever Carson, director de Relaciones Externas del MIT Open Course Ware?.
Con el fin de conseguir ese liderazgo, el MIT ha fijado un plan de actuación que pasa por alcanzar, en la próxima década, los 1.000 millones de usuarios. Y para ello, el instituto va a trabajar para que el contenido OCW sea más fácil de encontrar para todos los usuarios.
Asimismo,contempla la adaptación de los materiales publicados a nuevos medios de distribución como teléfonos móviles, por ejemplo, así como el desarrollo de nuevos enfoques para poder llegar a las poblaciones que tienen más dificultades para acceder a este conocimiento en abierto.
Otra de las líneas de acción del MIT será también la personalización de los materiales para poder llegar a las audiencias que son clave y satisfacer las necesidades de cada usuario, con independencia de su origen o cultura. Aparte, el instituto baraja crear un ecosistema abierto para el aprendizaje que vaya más allá del contenido, gracias a la incorporación de nuevas tecnologías que permitan a las personas interactuar a través de la OCW para incrementar la comprensión del material.
Finalmente, el MIT trabajará en otras líneas como las centradas en incidir en la capacitación de los educadores en todo el mundo, poniendo a su disposición nuevas herramientas.
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