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GOBIERNO DE AGUSTÍN MORLES HERNANDEZ
(1871 – 1872)
Lugar y fecha de nacimiento: En La Paz el 11 de marzo de 1808.
Profesión: Militar.
Esposa: Petrona López.
Títulos y honores: Tomó parte en las batallas de Yanacocha, Uchumayo y Socabaya.
Exaltación al mando: Presidente interino y Constitucional de la República desde el 16 de enero de 1871.
Conclusión del mandato: 27 de noviembre de 1872.
Origen de su investidura: Golpe subversivo, cruento con derrocamiento de su antecesor.
Duración del mando: 1 año y medio.
Fecha de su fallecimiento: La Paz, 27 de noviembre de 1872.
Causa de su muerte: Asesinato.
Edad de su fallecimiento: 64 años.
ACTOS ADMINSTRATIVOS
Fue el fundador del Puerto de Mejillones en la costa del Pacífico, fue el creador del sistema monetario Nacional. Su gobierno se caracterizó por sus ataques
al Poder Legislativo. Se entrega la Educación Primaria a los municipios.
DATOS BIOGRÁFICOS
Gobernante arbitrario y despótico, como muchos de sus antecesores, se consideró un predestinado y, pero aún, el dueño del país.
Nació en La Paz el 11 de marzo de 1808. Hijo de Pedro Morales y Antonia Hernández. Su carrera militar, no habiendo concurrido a un colegio ni a institutos militares, la inició en el cuartel, como muchos jóvenes en es época.
Su gobierno fue, de principio a fin, poco estable, dada la naturaleza de su carácter, sin beneficio alguno para el país, y lo peor, despótico, pues él pensaba que por haber derrocado al “invencible” Mariano Melgarejo, y por haber contado para esa hazaña con la ayuda y posteriormente la gratitud del país, estaba autorizado a todo.
Era un militar fornido, valeroso y violento. Ya en el gobierno del Presidente Belzu protagonizó
en atentado contra el mandatario, salvando su vida huyendo y ocultándose. En el gobierno de Linares ganó una diputación por Chuquisaca, pero la Cámara Baja no lo admitió en su seno porque tenía un juicio criminal pendiente, por la tentativa de asesinato al General Belzu, precisamente.
Siendo Presidente interino, hizo todo lo posible por logra su designación constitucional, situación que alcanzó, lamentablemente, gracias a la complacencia y obsecuencia del Congreso Nacional Ordinario de 1872. La gratitud no era uno de sus atributos, pues, al finalizar ese mismo año y porque el legislativo no dio curso a otras pretensiones suyas, lo clausuró sin más trámites, y personalmente.
Tenía un temor obsesivo a la oposición y a la posibilidad de ser derrocado, por lo que vivía en permanente estado de recelo y desconfianza. A poco de clausurar el parlamento, atendiendo ciertas informaciones poco serías, acusó a sus inmediatos colaboradores de traidores, agrediendo a uno de ellos, el Coronel José Lavandez. Para impedir sus excesos, se interpuso su edecán y sobrino, el Tcnl Federico Lafaye, a quien también golpeó, Incapaz de soportar el ultraje, Lafaye tomó su revolver y disparó a quemarropa los siete proyectiles de su arma. De esta manera murió en el mismo palacio, el 27 de noviembre de 1872, el presidente que no distinguió durante su período ni por su labor, ni por su obra alguna en beneficio del país.
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