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Como Francisco Pizarro no sabía escribir, su secretario firmaba por él. Después de su elevación a Marqués, Pizarro usó siempre la segunda firma
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Muerte de Atahualpa. Lamina de Theodor de Bry (1561-1623)
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En el momento de la invasión española al mundo andino, el Estado Inka se encontraba en una crisis política, más que todo, como consecuencia de poder imperial. Wayna Qapaq, padre de los hermanos, había gobernado en forma pacífica en dominios que se extendían por casi cinco mil kilómetros a lo largo de Los Andes, desde el centro de Chile hasta el sur de la actual Colombia, donde había enviando sus ejercitos contra los nativos del norte.
En esta ocasión, Wayna Qapaq fue informado por primera vez de la llegda de extranjeros, pero él no llegaría a ver a los europeos, porque murió pronto como consecuencia de una epidemia que se propagó entre 1525 y 1527.
Es evidente que los españoles fueron quienes trajeron consigo la viruela que se extendió rapidamente por el Caribe, haciendo estragos entre poblaciones no inmunizadas.Es probable que esa enfermedad hubiera cruzado Colombia para atacar a los ejércitos inkaicos mucho antes que los propios españoles llegaran al mundo andino.
La muerte prematura de Wayna Qapaq creó una situación incierta, desde luego el sucesor más probable era Wáskar (hijo de Wayna Qapaq), que en verdad lo sucedió como gobernador del Cuzco. El otro hijo, Atahualpa, había quedado encargado del ejército imperial en Quito, posiblemente actuando como gobernador provincial en nombre de su hermano, aunque también se sostiene que antes de morir Wayna Qapaq había decidido dividir el vasto imperio en dos partes: una con capital en el Cuzco y otra en Quito. Esta situación después facilitaría la conquista extranjera y fue muy desfavorable para el estado Inka y el mundo andino.
La guerra civil estalló como consecuencia de la divergencia entre los referidos hijos de Wayna Qapaq por el control del Imperio. Atahualpa disponía de un ejército desde antes del estallido de la guerra civil, que en esos momentos estaba en la frontera norte bajo las órdenes de sus generales Chalcuchima, Quizquis y Rumiñavi, pero la mayor parte del país estaba con Wáskar. En poco tiempo las relaciones entre los dos hermanos degeneraron en conflicto abierto: las fuerzas de Wáskar que procuraron invadir el territorio quiteño, después de algunos éxitos iniciales, fueron barridas por Los Andes hacia el sur por los veteranos leales a Atahualpa. Luego, una serie de victorias aplastantes culminó con la captura del propio Wáskar en una batalla junto al Cuzco. Este hecho fue aprovechado por los españoles parable de la muerte de Wáskar y de esta manera anular la resistencia inka.
El encuentro entre Atahualpa y los conquistadores estaba cargado de sorpresas e incertidumbres para ambas partes. La resistencia inka a la invasión hispana fue demorada por el intercambio de emisarios. Evidentemente, hubo suposiciones de ataque o enfrentamiento: por ejemplo, de un ataque nocturno al campamento de los conquistadores por parte de las fuerzas de Atahualpa. Es cierto que como una primera forma de resistencia, Atahualpa no aceptó la invitación del fraile Valverde, hasta que antes "los españoles no le restituyesen todo lo que habían robado y consumido dsde su entrada a su Imperio". Sin duda, Atahualpa no estaba en condiciones de entender la misión que cumplía Valverde, aunque este trató de explicar su función como ministro de la religión cristiana, y se atrevió a exponer "las cosas de Dios" europeo.
El religioso, sin esperar la reacción (adecuada) de Atahualpa sobre la propuesta de invitación, tuvo que forzar su presentación explicando que él como sacerdote fue enviado por el emperador europeo para revelar la religión cristiana a Atahualpa y a su pueblo. En realidad estaba pronunciando el famoso requerimiento ordenado por el Real Consejo para usarlo en cualquier conquista antes de recurrir a las armas. La doctrina de que hablaba el religioso estaba contenida en el breviario que tenía en sus manos.
Atahualpa "le dijo que le diese el libro para verle" y Valverde le dio cerrado para que el Inka personalmente abriese pero éste no pudo abrirlo, a pesar de que el religioso quiso ayudarle; pero al fin logró abrir para luego admirar al parecer "mas de la escritura que de lo escrito en ella" y procurando escuchar lo que le decía "después de visto le arrojó por entre la gente con mucha ira y el rostro muy encarnizado". En seguida el intérprete (castellano-quechua)corrió al lugar donde fue arrojado "y tomó el libro, dióle al padre Valverde". Esta fue la señal y ocasión para que los españoles declararan la guerra a los indios andinos y tomaron preso a Atahualpa sin permitirle ninguna reacción o resistencia inmediata.
Este hecho fue el inicio de la sumisión de los pueblos andinos a los consquistadores. Aunque la reacción de resistencia tardía fue significativa, todos los mecanismos de sometimiento ya habían sido planificados y resueltos de acuerdo a las disposiciones de la conquista para su justificación si todo era a nombre de "los Rejes de España y sus capitanes". De modo que se acuerdo a la documentación recopilada por el historiador Lewis Hanke "cuando Pizarro entró en el Perú, el menor de los hijos de Guaynacava, por nombre Atabalipa, tenía usurpado el reyno al mayor, llamado Guascar, y éste, viendo los cristianos dueños a fuerza de armas de la isla Puná mando sus embajadores refiriendo la tiranía del hermano, y pidiendo socorro. Dióselo, venció a Atabalipa, y la gente de éste mató a Guascar. Por estas y otras causas fue justamente muerto Atabalipa, y reino devuelto a los españoles".
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