Traición de Pedro Indaburo
Pedro Indaburo resentido porque no se dio el primer puesto, traicionó a la causa patriota, tomando preso a Murillo e hizo fusilar a Pedro Rodríguez cuya cabeza, por orden de Indaburo, fue expuesta en lugar público.
En Chacaltaya los patriotas no tardaron en saber estos acontecimientos, con los ánimos exaltados y enardecidos, vengaron esta horrible traición, colgando el cadáver de Indaburo en la horca, la misma que había servido antes para exponer la cabeza de Rodríguez.
Combate en Chacaltaya
Sabedor de todo esto, el Virrey del Perú, Abascal, mando al Conde de Guaqui, general José Manuel de Goyenche? para castigar enérgicamente a todos los que habían desconocido a las autoridades del rey.
Antonio de Castro organizó la defensa con ochocientos hombres, sacando a las tropas patriotas a las alturas de Chacaltaya, para esperar al enemigo que estaba compuesto por más de cinco mil hombres bien equipados militarmente. Se trabó el combate en el que fueron batidos los patriotas por la superioridad arriba anotada.
Después de este desastre para los patriotas, comenzó la persecución, tomándolos presos, se los condenó a la horca.
Algunos de los defensores de la libertad para salvar sus vidas huyeron por los Yungas; pero el coronel Domingo Tristán los hizo apresar. Cerca de noventa patriotas fueron sentenciados a muerte, a la cabeza Pedro Domingo Murillo, acompañados de sus compañeros de infortunio: Juan B. Sagárnaga, Melchor Jiménez, Gregorio García Lanza, Mariano Graneros, Basilio Catacora, Juan Antonio Figueroa, Buenaventura Bueno, Apolinar Jaén.
Pedro Domingo Murillo, como un espartano serenamente subió a la horca, como quien marcha buscando el placer de la muerte en holocausto de la santa libertad.
A manera de reto y discurso, lanzó sus proféticas palabras al pueblo que lo veía conmovido.
Las últimas palabras que su cerebro y corazón dictaron y sus labios pronunciaron , fueron:
“COMPATRIOTAS, YO MUERO, PERO LA TEA QUE DEJO ENCENDIDA MANIE LA APAGARA. ¿VIVA LA LIBERTAD!....”
El ambiente de los conquistadores españoles dio lugar a una serie de luchas sangrientas entre ellos. El rey de España, alarmado por estos sucesos, envió en calidad de pacificador al Licenciado Pedro de La Gasca, hombre muy inteligente que cumplió su cometido con la victoria de armas en Saxahuana.
Pedro de La Gasca, conmemorado este brillante triunfo, ordenó al capitán Alonso de Mendoza para que fundara una ciudad en el valle de Chuquiapu. Este en cumplimiento a la orden, Fundó la cuidad de Nuestra Señora de La Paz, oculta en la cuenca del río Choqueyapu y al pie del majestuoso Illimani, el 20 octubre de 1548.
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