Jose Santos Vargas fue tambor de las “partidas ligeras” de Ayopaya y Sicasica. Tocaba su “tamborcito” anunciando combate o exigiendo la retirada cuando “los del rey” vencían a los “patriotas”. Pero era también encargado de tareas logísticos entre “los de la Patria”, el recolectaba los aportes de los hombres del lugar, compraba las armas y era el emisario de confianza del comandante Lira, del cual se expresaba con admiración: “Lira se amarraba con un lazo e iba por delante de nosotros, de repente se metía por un barranco y empezaba a rodar, le sostenían del lazo, nos decía entonces: esto esta malo muchachos, revuelvan”
El historiador y archivista Gunnar Mendoza resume la carrera guerrillera del Tambor de la siguiente manera: “... Habiendo comenzado... como soldado distinguido en 1814, por su propia afición se hizo tambor… pasando a ser tambor mayor en 1815…; por méritos de guerra fue ganando sus grados: subteniente de granaderos en agosto de 1816, por el jefe de la guerrilla comandante Lira; teniente de caballería (6 de agosto de 1819), por el comandante Chinchilla; capitán (marzo de 1821) por el jefe coronel Lanza; comandante (mayo de 1823) por el mismo; termino la guerra con ese grado”
Escribió su diario cuando los combates guerrilleros le daban un respiro. Sabia de la importancia de su obre, el dice: “Mi diario será…útil para el enriquecimiento de nuestra historia, lo cual será tanto menos exacta cuando vaya retardándose mas su anhelada publicación”. Se publico su obra poco antes de la revolución boliviana de 1952, 125 años después de que Vargas la escribiera.
Ahora es imposible referirse a la independencia de Bolivia sin escuchar el eco del “tambor” que esta en las páginas de su diario.