Attach:grupoliberales.jpg Δ Un importante grupo de liberales.
Attach:generalismael.jpg Δ El general Ismael Montes estaba orgulloso de su condición de militar y le gustaba presidir los desfiles y las ceremonias. Fotografía ALP.
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El ocaso del liberalismo se produjo durante los gobiernos republicanos (1920 - 1929). Las propias divisiones ideológicas y políticas, los conflictos sociales provenientes de un movimiento obrero más organizado, las rencillas personales y la escasa inclinación por la alternabilidad política, profundizaron las divisiones a partir de 1914. A partir de entonces la turbulencia política se agudizaría, siendo la crisis económica internacional que trajo aparejadas las ideas anarquistas y socialistas que empezaban a bullir entre los obreros e intelectuales.
La interrupción del proceso constitucional en 1920, protagonizada por el doctor Bautista Saavedra y algunos liberales críticos debilito el tronco liberal. Del cisma de 1914, nació el Partido Republicano con bases programáticas similares al Liberal. El país se estabilizó precariamente por otro periodo civilista hasta la revolución que depuso a Hernando Siles en 1930
Los conflictos sociales
Junto al incipiente capitalismo propiciado por las ideas liberales se había producido un lento despertar de la conciencia obrera, que germinaría en la década del treinta. En sus antecedentes remotos encontramos a “La Unión Grafica” (1905), organizada por los liberales. Guillermo Lora sostiene que fue “la columna vertebral de la más antigua Federación Obrera”. La Federación Obrera de La Paz (1912) y los “ateneos” en los años veinte, asumieron la tarea de educar y concienciar a la clase obrera. El historiador Luis S. Crespo, fue uno de aquellos liberales que propicio la organización y la educación de los obreros.
Fue durante el auge liberal, cuando en 1912, los trabajadores celebraron, pro primera vez el primero de mayo en el Teatro Municipal de La Paz. Ese mismo año se formo el primer sindicato boliviano: La Sociedad Mutualista Ferroviaria de Oruro – expresión genuina de los trabajadores del ferrocarril. Como expresión mas depurada de la organización obrera, en 1919 el gobierno sanciono la jornada laboral de ocho horas, luego de enfrentar numerosas huelgas del sector minero.
Por otra parte, esta comprobado que fueron los liberales los que practicaron el mayor despojo de tierras pertenecientes a las comunidades indígenas. Muchas investigaciones actuales demuestran la intención de desestructurar el Ayllu a partir de la venta de tierras. El objetivo de individualizar la propiedad rural produjo la mayor compra de tierras de comunidad y de tierras llamadas “baldías”, lo cual dio lugar a numerosos conflictos rurales armados. La expansión de la Hacienda y del Latifundio se produjo mediante el soborno, o a través de la compra legalizada, la cual ocasiono flujos migratorios del campo de las ciudades. Ello dio lugar a la pauperización y proletarización paulatina del indígena que debía alternar el trabajo minero con el ciclo agrícola.
La tensión política se agudizo en la década del 20. En 1921 se produjo la masacre de indios y cholos en Jesús de Machaca, a consecuencia de un alzamiento general derivado de los abusos contra los comunarios. En 1922 se realizo la primera huelga general exitosa con el apoyo de ferroviarios, tranviarios y gráficos. En 1923, conmovió la masacre Uncía contra los mineros de la Compañía de Patiño. Para aminorar las consecuencias del conflicto suscitado, en 1924, se puso en vigencia una nueva legislación social para el trabajador. En 1927, ya en el ocaso del liberalismo, se produjeron los sucesos de Chayanta.
Los últimos años
A partir de 1925 la crisis económica había agudizado la crisis social, la cual se oriento en esta etapa con nuevos criterios que pusieron en evidencia el conflicto de clases. Habíanse fundado organizaciones laborales y se creaban partidos con ideas socialistas, laboralistas, nacionalistas y tendencias racistas tanto en política como en literatura. Se anunciaban cambios estructurales necesarios que corregirían la estructura social y económica oligarca. Según “El Diario”, el desorden político en el país produjo, en los cuatro años y tres meses del gobierno de Bautista Saavedra (1920-1924), 890 días de estado de sitio en contraste con 222 días de estado de sitio durante los 21 años y tres de regimenes liberales.
El presidente Hernando Siles (1926 - 1930) intento detener la crisis social y política causada en gran parte por la depresión mundial de 1929, que afectaba a la base económica, pero la revolución había comenzado, pues la Convención de Universidades, reunida en Cochabamba en agosto de 1928, aprobó un programa de principios que proponía una “progresiva socialización de la riqueza privada”. Por otra parte empezaba a dibujarse el fantasma de la guerra por los conflictos fronterizos con el Paraguay.
La crisis mundial de 1929 encontró un Estado empobrecido para afrontar la situación.
La conducción de Saavedra, axial como la de Hernando Siles estuvieron plagadas de dificultades. Finalmente, factores externos sumados a los de origen interno determinaron el ocaso del liberalismo y de los regimenes constitucionalistas. En 1930 se inauguraba un nuevo ciclo de gobiernos militares y civiles de diversas tendencias.
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