Attach:presidentesbolivia.jpg Δ Los 60 presidentes de Bolivia, el 61.86% han sido militares y el 38.33 civiles. El retrato pertenece a José María Achá, presidente de facto y constitucional.
|
La desestructuración del aparato burocrático colonial español, contribuyo en gran manera a la ausencia de cuadros para la administración del Estado, la propia debilidad de este hacia que sus funciones se vieran invadidas o el ejercito que al ser parte del mismo Estado, extendió sus atribuciones mas allá de las que tradicionalmente le son reconocidas: la defensa del país frente a potenciales enemigos externos y al interior la defensa de los interese del bloque social dominante, llegando a tomar para sí, el control de la totalidad del poder estatal. La inexistencia de un sistema de partidos políticos contribuyo a fortalecer el poderío de los caudillos militares durante el primer medio siglo de vida republicana.
Subsiste la creencia que el origen del ejército boliviano se remonta a la Guerra de la Independencia, en realidad debemos buscar los orígenes del ejército boliviano en el ejército realista, debido a que las guerrillas que combatieron durante quince años al poder colonial, si bien debilitaron la acción de los ejércitos, no alcanzaron a concretar órganos de poder permanente, y ninguna sobrevivió a la Independencia. Por otra parte, los ejércitos libertadores con sus incursiones esporádicas a Charcas, tanto por el norte como por el sur no tenían como objetivo la constitución de un Estado y por tanto la formación de un ejército propio para la región, no formaba parte de las prioridades del momento.
Son los oficiales que pertenecieron a las filas realistas, como Andrés de Santa Cruz y José Ballivián, quienes sentaran las bases del ejército boliviano. Su concentración en las ciudades y aparente descuido de las fronteras, responde al modelo de ocupación militar del ejército colonial, diseñado para el control de la población indígena y la protección de la ciudadanía hispano-criolla. Si bien, Santa Cruz y Ballivián pusieron en el orden del día una concepción del país fuertemente espacial (recordemos la Confederación Perú – Boliviana y la creación del departamento del Beni), nada pudieron hacer en los hechos para desplazar el ejército a las fronteras. Esto explica, la presencia permanente del ejército en los centros de poder y los enfrentamientos que protagonizaban diferentes fracciones del ejército por su control. Los golpes de estado tenían como epicentro y concluían triunfantes en las ciudades situadas al occidente del país. La Paz, Sucre, Potosí y Cochabamba se convirtieron a su turno en sede de gobierno y centro de apoyo regional para los caudillos.
Durante la época de mayores victorias militares para Bolivia, el ejército apenas si podía ser considerado semiprofesional, alcanzando durante la s campañas de la Confederación a unos 4500 efectivos y llegando al inicio de hostilidades de la Guerra del Pacifico con 1500 hombres en armas. Como se aprecia el ejército boliviano era de reducidas dimensiones en comparación con los ejércitos de países vecinos y lo era también en proporción a la población boliviana. José María Dalence en su Bosquejo Estadístico de Bolivia, publicado a mediados del siglo pasado dice: “el año pasado de 1846 constaba nuestra fuerza permanente de 4 batallones de infantería, dos regimientos de caballería y 2 compañías de artilleros, siendo el total de 2.669 plazas” (Dalence 1975:305). Si se toma en cuenta el total de la población de 2.133.896 habitantes para la época, la proporción es de un soldado por cada 800 habitantes.
Caudillismo Y Sus Causas 2
|