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La desaparecida misión de la Exaltación.Grabado de Koller
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Mapa con la ubicacion de las misiones jesuiticas de la época colonial en Chiquitos, ahora Santa Cruz de la Sierra. Del libro Museos de Bolivia de Mesa Gisbert
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Es historiador de arte Buchiazzo ha establecido tres etapas en la arquitectura de las misiones paraguayas, lo que ha permitido agrupar o clasificar sus templos con gran precisión. En líneas generales esta división puede ser también aplicada al caso de Chiquitos. Veamos las tres etapas:
1. La primera corresponde al siglo XVII; se caracteriza por la escasez de artistas y pobreza de recursos, lo que obligo a soluciones en madera.
2. A caballo, entre los siglos XVII y XVIII, llegaron las misiones Hermanos Coadjutores; esto significo una revitalización de la arquitectura misionera. Aunque mantuvo la estructura de madera, comenzó a utilizar la piedra en los muros. Se dieron cambios también en lo que a las portadas se refiere: mientras que en las de la primera etapa se concreto al tejado avanzado para formar un porche, en esta se presentaba un hastial de piedras y ventanas decoradas.
3. Poco ante de la expulsión de la Compañía empezaron a llegar varios arquitectos jesuitas. Esta tercera etapa presenta edificios totalmente de piedra y abovedados a la manera europea. La mayor parte de ellos quedaron inconclusos.
Si aplicamos esta topología a Chiquitos encontramos que la mayor parte de los templos corresponden al primer tipo, aunque construidos durante el siglo XVIII; existe un ejemplo del segundo, San José, y ninguno del tercero.
La principal característica de un templo chiquitano estriba en la utilización de esqueletos de madera; estas estructuras permitieron la erección de grandes edificios fáciles de construir, funcionales y perfectamente adaptados a las características climatológicas de la zona.
Las iglesias tienen planta de tres naves; tienen cubierta a dos aguas, pórtico y peristilos. De acuerdo a la relación del P. Cardiel este era el modo de fabricarlas: “Córtense en las menguantes de invierno unos árboles llamados tajibos, u otros llamados urendey, mas fuertes que el roble de Europa, para pilares y horcones, y otros de cedro y sus especies y de laurel, para tijeras y tablas. Secos ya se traen al pueblo con 20 o 30 yuntas de bueyes por su mucha longitud y peso. Arréglase la parte sus raíces para que puedan entrar en los hoyos, y se chamuscan bien con fuego para que resistan a la humedad. Lo que ha de sobresalir del hoyo del hoyo se labra bien en forma de columna con su pedestal y cornisa, ya sea cuadrada o cilíndrica. Hacense los cimientos de grandes piedras, dejando en ellos los hoyos para los pilare, que regularmente se colocan de ocho en ocho varas. Metense los pilares en los hoyos, y se les hecha alrededor cascajo de teja y ladrillo hasta llenar el hoyo, después piedra y finalmente tierra, apelmazándola todo y nivelándolo. Así se ponen los pilares de las paredes y los de las naves del medio. Después se ponen los tirantes y las tijeras, y finalmente el tejado. Hecho esto se prosiguen las paredes hasta el cimiento, que como dije antes son de adobe y de cuatro a cinco cuartas de ancho; en medio de ellas quedan los pilares, aunque en algunos casos se hace una caja en la pared; de modo que la mitad el pilar sobresale del muro. De este modo carga toda la fabrica del tejado sobre los pilare y nada en la pared. Del mismo modo se fabrican las casas de los padres y de todo el pueblo…”
La Arquitectura 2da Parte
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