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Nuestra hipótesis básica, es que el 21060, junto a las transformaciones, sociales y culturales operadas desde los años 60, terminaron por inviabilizar y desmontar el discurso nacion ilista y el Estado que lo representaba. No podía decirse empero que no queda nada de aquel formidable esfuerzo humano iniciado en 1952.
Bolivia pese a los signos contrarios evidenciados desde 1985, nunca será la misma.No solo en su articulación regional, indudablemente que el oriente, virtualmente aislado hasta 1952 se halla mucho mas cercano al occidente; o tambien la estructura de clases, con miles de pequeños campesinos, exhibe un rostro distinto. La esfera cultura, aunque más tardíamente, ha reaccionado igualmente impregnándose del discurso mestizado de los nacionalistas.
Basta para comprobarlo ver los bailes, entre modernos y tradicionales, de las fiestas del Gran Poder (La Paz),Urkupiña (Cochabamba) o Guadallupe (Sucre), impensables en la sociedad oligárgica y señorial que el 25 hizo explotar en gran parte.
Esto es así; pero hoy, y el lector lo habrá comprobado sin duda, los partidos políticos, estas instituciones tan desconocidas para nosotros hasta hace 10 años, ya no apelan a las propuestas nacionalistas para convocar votantes. Nose habla, por lo menos entre los mas grandes, de nacionalizar nada para enfrentar los problemas de desarrollo o de ensanchar al Estado, tampoco les urge derrotar al "imperialismo yanqui". Hoy los desafíos son otros.
¿Querrá decir entonces que el nacionalismo revolucionario murió para siempre?.La historia afortunadamente, no es lineal ni determinada. Nadie puede aseguralo, pero tampoco sucribir lo contrario.
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