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Escudo De Los Casiques Cusicanqui. Archivo de Indias Sevilla - España
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El clero fue parte importante de las élites coloniales. Retrato de Martín de Landaeta (1788), famoso hacendado paceño. Museo de Arte de la Catedral de La Paz.
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Los encomenderos, que luego fueron los hacendados, fueron los españoles que mas se afincaron en el territorio de la Audiencia. Ellos daban el marco general par todas las actividades sociales y económicas españoles. Par sostener su vida señorial los encomenderos contaban con la fuente primordial de ingresos, que era la de la riqueza de la explotación agrícola y ganadera trabajada gratuitamente por mano de obra indígena. Su vida ostentosa era importante fuente de negocios par artesanos y comerciantes, pero a su vez los encomenderos también hacían negocios invirtiendo dinero en empresas de mercaderes. Los encomenderos tenían obligaciones legales tales como tener caballo y armas para la defensa del “reino” contra los indígenas. Por lo general residían en las ciudades cercanas a su encomienda, quedando la encomienda en manos de los mayordomos. Era característico del encomendero, tener una casa grande de varios patios que albergara mucha gente, ya sea viviendo permanentemente allí, o temporalmente. Muchos tenían esposa española o criolla, una mesa puesta con las mejores viandas, negros, servicio doméstico indígena y criados españoles o mestizos. Otras cosas importantes eran la ropa fina, y el desempeño de algún cargo en los cabildos.
Los hombres dedicados a las minas, a los ingenios de mina, eran llamados azogueros. Gozaban del gran reconocimiento de la administración colonial, ya que proporcionaban a la corona, el quinto de su producción. Tenían tratamiento s legal especial, por ejemplo ninguno de ellos podía ser encarcelado por deudas. Algunos vivían en Potosí y Oruro, otros preferían tener su residencia en La Plata, hoy Sucre.
Otra clase que conformaba la elite española en Charcas la constituían los mercaderes profesionales, que eran expertos en contabilidad. En rango social, estaban por debajo de los hidalgos y por encima de los artesanos. Como personas instruidas y acaudaladas, los mercaderes sacaban provecho de cualquier oportunidad económica. Los pagaos ordinarios de todo tipo se efectuaban en lingotes de plata o en plata menuda, o también en vajilla o enseres labrado; podían ser azucareros, platos o cucharillas. Los mercaderes, como el resto de la sociedad colonial, guardaban ellos mismos sus existencias de plata en arcones a los pies de su cama.
- ESCRIBANOS Y PROCURADORES
El saber leer y escribir durante la Colonia, no estaba ampliamente difundido. La profesión menor de escribano, era practicada por los secretarios, los oficiales del tesoro de menor rango los abogados sin titulo. Habían escribanos de mucho reconocimiento social, que asociaron cargos municipales con hidalguía. Sus madres y hermanas eran llamadas “doñas”. Muchos provenían de familias de mercaderes, o también de artesanos, hijos de carpinteros, o zapateros. Vinculado al escribano se hallaba el procurador, o abogado sin titulo. Algunos consiguieron una situación reconocida dentro de la sociedad, como curadores de patrimonios de menores, viudas y propietarios ausentes.
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