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Nueva Toledo fue el nombre que substituyo a la antigua denominación de Collasuyo, que era una de las cuatro divisiones territoriales del Imperio de los Incas. La gobernación de Nueva Toledo fue adjudicada a Diego de Almagro, uno de los dos grandes socios que tuvo la conquista del Perú. Comprendía básicamente los actuales territorios de Bolivia y Chile. El otro socio, Francisco Pizarro, recibió como recompensa la gobernación de Nueva Castilla. Las dos gobernaciones fueron divididas por una línea muy confusa que pasaba cerca de la ciudad del Cuzco.
Nunca se supo con exactitud a cuál de las dos gobernaciones correspondía esa ciudad y esa confusión daría lugar a la primera guerra civil entre pizarrista y almagristas.
Derrotado Diego de Almagro en la batalla de Chupas (1538), el nombre de su gobernación fue desapareciendo hasta que, literalmente, fue borrada del mapa.
Posteriormente, de una manera muy generalizada, nuestro territorio fue conocido por el nombre de provincias Altas del Perú y también por el de Charcas. Este último nombre también fue usado para identificar a la Audiencia de la Plata.
Cuando Charcas pasó a depender del recién creado virreinato del Río de la Plata (1776), como para borrar la antigua dependencia al Virreinato de Lima, el nombre más usual fue el de Alto Perú. Gabriel René Moreno empleó en sus obras casi sin falta el nombre de Alto Perú. Para muchos historiadores actuales el nombre colonial correcto es Charcas, pero sucede que, fuera de Bolivia el nombre esta escasamente difundido y es una denominación con la cual es difícil identificar a la antigua colonia.
Al sancionarse la independencia de Bolivia, los miembros de la Asamblea Constituyente de 1825 tuvieron la inspiración de llamar a la Republica con el nombre del Libertador, Bolivia.
A.C.R.
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