1.- PATRIMONIO CULTURAL DE LA HUMANIDAD
Tiwanaku
El sitio arqueológico de Tiwanaku, Centro Espiritual y político de la cultura tiwanakota, fue inscrito por la Organización para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad el año 2000.
Esta declaración obedeció al excepcional valor arqueológico y cultural que poseen las ruinas líticas de la ciudad de Tiwanaku, desde donde un grupo humano contribuyó decisivamente en la investigación y desarrollo de tecnologías de construcción, agricultura, crianza de ganado, tejido de fibras vegetales y animales, etc.
La cultura tiwanakota se desarrolló en el altiplano próximo al lago Titicaca. Su centro urbano más importante, denominada también Tiwanaku, estuvo situado a 70 kilómetros de la actual ciudad de La Paz, por carretera, y a una altura de 3.885 metros sobre el nivel del mar a 20 kilómetros del lago ya mencionado. Esta cultura extendió sus dominios físicos a 600.000 Km2, aproximadamente.
Tiwanaku es la cultura más longeva de la América del Sur, con 27 siglos y medio de duración desde el 1580 A.C. al 1172 D.C. La urbe prehispánica de Tiwanaku fue la capital de un extenso estado andino que comprendía la parte occidental de Bolivia, el noreste argentino, la costa Litoral de Chile, desde Copiapó hacia el norte del desierto de Atacama.
Sus orígenes se remontan a unos 1500 años antes de la era cristiana, cuando en lo que sería la capital de un imperio, se asentaron los primeros pobladores.
Las características de construcción de la capital son únicas y espléndidas, se conjuncionan en ella, arquitectos planificadores, que con un singular dibujo de líneas simples diseñaron fastuosos templos; los ingenieros calcularon las inclinaciones de los muros, y con una excelente técnica urbanística crearon redes superficiales y subterráneas, de canales para eliminar las aguas pluviales y servidas.
Los picapedreros cantearon piedras de excelente oficio; los metalurgistas fabricaron planchas para los bajorrelieves iconográficos, logrando cubrir portadas de monumentos con metales áureos, que centelleaban bajo el sol.
Los sabios orientaron los templos astronómicamente con una precisión asombrosa. Multitudes de hombres cortaron la piedra en lejanas canteras y luego la transportaron a la gran urbe.
Tiwanaku irradia cultura, allí se concentra el saber y dominio de la ciencia y se ama y ampara a las bellas artes. La influencia de Tiwanaku se advierte en monumentos de Perú, Ecuador, y en comunidades de la isla Marayó en la desembocadura del río Amazonas. El sello de esta cultura también se lo
encuentra en objetos cerámicos o de metal que fabrican las comunidades del norte de Chile, norte argentino, Perú, oriente boliviano, etc.
Hacia el siglo tercero de nuestra era comenzó el período de mayor esplendor que incluyó la construcción de los edificios de piedra más representativos de la ciudad de Tiwanaku y la expansión civilizadora sin precedentes hasta el momento en Sudamérica.
Se han establecido hasta el presente, de acuerdo a excavaciones realizadas por la Dirección Nacional de Arqueología y Antropología, la división de la cultura Tiwanaku en 3 estadios:
Aldeano Épocas 1 y II 1500 A.C. - 45 D.C.
Urbano Épocas III y IV 45 D.C. - 700 D.C.
Clásico
Expansivo Época V 700 A.C. - 1200 D.C.
Hoy el visitante puede admirar las ruinas del Templete Semisubterráneo, es un edificio con 2 metros de profundidad, ligeramente cuadrangular, delimitado por 4 muros de contención y 45 visibles pilares sustentantes. Interiormente los muros son adornados por 175 cabezas clavas, empotradas y trabajadas en piedra caliza y toba
Al pie del templete se encuentran un sistema de canales que proporcionan un perfecto drenaje. En el interior se encontró la mayor estela antropomorfa conocida como Monolito Pachamama o Bennett, nombre de su descubridor. Dentro el templete se encuentran varios monolitos, entre ellos el “Estela Barbada” o “Monolito Barbado”.
Se encuentra en el Templete el “Monolito Barbado” o “Kon Tici? Wiraqocha” (Señor de las Aguas, con barbas, y vestido con una larga saya) esculpido en roca arenisca; que se halla acompañado de otras dos estelas menores, todas excavadas en el mismo sitio. El templete corresponde al inicio del periodo urbano.
Empotrada en el piso del templete se hallaba la mayor pieza antropomorfa conocida como monolito "Pachamama" o también Benett que fue llevada a La Paz y actualmente se encuentra de nuevo en Tiwanaku y puede ser apreciada en el Nuevo Museo de piezas líticas. Esta pieza, mide 7.30 mts de alto por 1.20 m de ancho y tiene un peso aprox. de 20 Tn.
Templo de Putuni, edificio que se encuentra al este de Kalasaya. Se la conoce como el “Palacio de los Sarcófagos” y “Putuputuni” que significa donde hay huecos. De planta rectangular, en sus muros interiores se encuentran cámaras funerarias que tienen acceso al patio central. De Putuni se conservan piedras de la fachada y la puerta de entrada Es notable en estas cámaras, el sistema de cerramiento que consiste en una "puerta corrediza" de piedra, la que se desliza al ser humedecido el piso. Tanto Putuni como Kerikala (cercana edificación), tienen la parte inferior de piedra y los muros de adobe.
El Kerikala, edificio que tiene un patio rectangular con dos filas de habitaciones contiguas, este lugar se esta investigando actualmente.
El Kantatallita, al este de Akapana, supone que fue un edificio de 4 cuerpos orientados a cada punto cardinal Existe un dintel con un friso que asemejan a guerreros recostados y tallados en piedra con motivos de seres míticos. Se cree que el Kantatallita pudo haber sido el taller o laboratorio arquitectonico de esta cultura. Se encuentran varias piezas que demuestran estos detalles como diseños a escala, elementos de construcción y adorno inacabados.
En este lugar se encuentra la llamada "piedra maqueta" arquitectónicamente tallada en un solo bloque de piedra, mostrando un edificio similar al de Kalasasaya. También se ven varios bloques de andesita, tallados en bajo relieve con la Cruz Andina.
La Piramide de Akapana llamada también Centro Artificial, es una pirámide escalonada construida en 7 terraplenes superpuestos, que actuaba como defensa, con 800 m. de perímetro, 7 terrazas escalonadas, 18 metros de altura.
Un diseño de cómo podría haber sido la pirámide de Akapana
En su cima, de acuerdo a las crónicas, existía un templete semisubterráneo que habría tenido una planta cruciforme escalonada a la manera de una cruz andina. En el Siglo XVIII, el español Oyaldeburo excavó la pirámide en busca de tesoros atravesándola de parte a parte desde la cima y echando los escombros a los costados.
Los muros de sostén de la primera terraza fueron revestidos con piedra almohadillada y los siguientes con sillares de litos canteados en perfecto corte; estas diferencias en cuanto a técnica constructiva, harían presumir que la obra fue completada en mucho tiempo.
El acceso principal a este monumento se halla ubicado al oeste, donde existían sobre pedestales piezas esculpidas en basalto negro del famoso ''hombre puma" denominado también "chachapuma".
Data del período Urbano, pero como cada una de las terrazas presentan diferencias en las técnicas de construcción, se supone que la obra que se encuentra orientada hacia los 4 puntos cardinales.
El nombre Puma Punku o “Puerta del León”, tiene un origen muy antiguo. Según Ramos Gavilán, ese nombre se debe a que en ese sitio se erigía una representación lítica de dicho felino.
La población actual llama a este sitio Pumapunku, “Puerta del Puma”. Algunos lo llaman Uma Punku (puerta del agua), y otros Tunka Punku (diez puertas), pero el nombre con el que se lo conoce más generalmente es el primero, que usaron Castelnau, Tschudy, D’Orbigny y otros que en el siglo pasado visitaron aquellas ruinas monumentales y estupendas.
Según Ponce, “Pumapunku era un centro cívico administrativo-religioso, consagrado como núcleo de oficiales guerreros con máscaras de felino y donde se habían colocado estatuas del chachapuma, que representaba a aquellos”
Se encuentra a 1 Km de Akapana y cubre un área aproximado de 2 hectáreas. Constituye en el más importante de los templos con la más extraordinaria calidad arquitectónica. Es una pirámide, construida sobre 3 plataformas conformadas mediante sillares labrados, sustentadas por muros continuos de piedras finamente pulidas, la planta es rectangular con dos aletas que se extienden de norte a sur en su sector este.
Fue levantada al finalizar el período clásico por la evolución en sus técnicas de construcción, destacándose el impecable manejo del material lítico. Su planta es cuadrangular y en la parte superior de la edificación, se halla un pequeño templete semi-subterráneo con canales de desagüe.
Hacia el oeste se observan los restos de lo que fue una escalinata de acceso, el recinto principal se halla en el sector noroeste, que aún tiene restos de una estructura ciclópea probablemente conformada por cuatro habitaciones, cada una de ellas con portadas talladas en de andesita, similar a la Puerta del Sol.
Se conserva los restos de una estructura conformada por 4 habitaciones unidas con grampas de bronce de las que aún quedan huellas y cobre arsenical utilizados para la unión de los elementos constructivos, tanto en el sistema de canales de drenaje como en el refuerzo de las plataformas, cada una con portadas talladas en andesita. El piso circundante al templo fue hecho con una capa de arcilla coloreada con ocre rojizo. Las piedras de este lugar son notables por sus proporciones y el trazo armonioso de sus rebajes y orificios.
Posnansky considera que Pumapunku era un templo dedicado a la Luna, y allí existían recintos, habitáculos en las plataformas con los asientos en los bloques cabeceras, específicos para los “pumas sagrados”, predestinados para el culto a este astro.
Este colosal monumento, fue objeto de un saqueo inmisericorde desde la época de los incas, más acentuado en el tiempo de la colonia y la República.
El Kalasasaya o Templo de las Piedras Paradas. Tiene una superficie aproximada de 2 hectáreas y esta construido con grandes piedras de cinco metros de altura, este templo ceremonial mide 126 metros de largo por 117 de ancho y su estructura está basada en columnas de arenisca roja, andesita y sillares cortados, desde los que sobresalen gárgolas o goteros de desagüe que se encuentran alrededor de la construcción para las aguas pluviales.
Tiene como acceso principal una escalinata con 7 peldaños orientados al este como una invitación a los rayos del sol para ingresar al recinto sagrado En el interior del patio era embaldosado y se pueden ver los restos de lo que se piensa fueron pequeñas habitaciones semi-subterráneas, 7 a cada lado del patio. En el recinto existe un muro a base de sillares de arenisca que logra cerrar los sectores este, norte y sur, dejando a ambos costados una especie de atrio, que separa el recinto central o "ceremonial". En este segundo muro hacia el lado norte se observa dos bloques en los que, en su tercio superior, se encuentra un orificio que imita, a escala, un aparato auditivo humano los cuales permiten escuchar ruidos o conversaciones que se producen en sitios alejados. Estos "amplificadores de sonidos" nos permiten deducir que en el mundo precolombino se conocía y aplicaba la acústica.
En Kalasasaya existen tres importantes esculturas: la Estela (Ponce), el monolito El Fraile y la Puerta del Sol.
En el monolito Ponce se aprecian finos grabados iconográficos como hombres alados, peces, cabezas de puma o de camélidos, cóndores, águilas, símbolos escalonados; en el más puro arte tiwanakota.
"El Fraile" no está adornada, es una pieza labrada en arenisca veteada, mostrando un enigmático personaje que lleva un báculo y un keru en las manos; porta una faja ventral donde se aprecian algunas huellas en relieve de cangrejos.
La pieza más famosa del templo es la Puerta del Sol, está cerca de la esquina noroeste de Kalasasaya, tallada en un solo bloque de piedra andesita de 3 metros de alto y 4 metros de ancho, con un peso aproximado de 10 toneladas, no fue, en el pasado, una pieza aislada sino, mas bien, parte de una edificación mayor que pudo ubicarse en la cima de la Pirámide de Akapana o en el mismo kalasasaya, donde existen varias piezas del mismo material de esta puerta.
La cara posterior presenta un friso superior saliente y otra inferior que encuadra en el dintel de la puerta. A cada lado se encuentran pequeñas hornacinas las que probablemente tenían puertas metálicas.
La cara anterior presenta una banda de tallas con bajos relieves, mostrando las figuras de 48 hombres alados y hombres que se encuentran de rodillas a la figura principal, El Hombre Sol y los Trompeteros situados en la parte inferior de los bajos relieves que marcan con precisión los movimientos solares. Varios investigadores sostienen que su friso podría ser un perfecto calendario solar, para marcar eventos agrícolas.
Existe, también otra puerta importante llamada la Puerta de la Luna.
Allá existen además un museo de piezas cerámicas y otro dedicado a objetos líticos como el monolito Bennett, una de las esculturas que más estudios ha generado por sus complejos tallados de simbolismo aún no interpretados.
En el templo de kalasasaya que en el idioma aymara significa "piedras paradas", como ya habíamos visto fue un templo solar, por sus dimensiones basadas en los movimientos del sol.
La mayoría de estudiosos defienden que este recinto era una especie de observatorio celestial y su objetivo habría sido el de fijar los equinoccios y solsticios y establecer, con precisión matemática, las diversas estaciones del año.
En ambos equinoccios (otoño: 21 de marzo y primavera: 21 de septiembre) el Sol nacía por el centro de la puerta principal de ingreso, a la que se accede por una magnífica escalinata. En el solsticio de invierno (21 de junio) el Sol nacía en el ángulo murario N.E. el solsticio de verano (21 de diciembre) se marcaba por el nacimiento del Sol en el ángulo murario S.E. Este muro es conocido como "pared balconera" o "chunchukala".
El desarrollo cultural, proporcionado por la Cosmovisión, permitieron a los pueblos indígenas del mundo andino, desarrollar un calendario anual que los llevó conseguir con mucho éxito una importante prosperidad agrícola y ganadera. Como ejercicio, el pueblo aymara tenía un calendario que acuñaba tres estaciones del año agrícola: Época de las heladas y el procesamiento de lo tubérculos; la época seca y de siembra; y una tercera de lluvias y de maduración de los cultivos.
En su actividad práctica, que viene desde tiempo inmemoriales, siempre se destacó que a partir del 21 junio, considerada como la noche más larga del año, se iniciaba el cambio de ciclo o año nuevo, que en su lengua materna quiere decir: Machaq Mara.
Cada 21 de junio, cuando se rompe el alba y los primeros rayos del sol comienzan tímidamente a escaldar la tierra, se da comienzo a la celebración del Machaq Mara, primando los ritos ceremoniales de bienvenida al Tata inti (padre sol), especialmente por reiniciar su retorno hacia nuestro hemisferio. Así mismo, se ofrendan pahuas y wilanchas a la pachamama, particularmente por la finalización de un año agrícola abundante.
En agradecimiento a las tres estaciones: Juypipacha, Awtipacha y Jallupacha, se realizan rogativas para que el nuevo ciclo sea tan próspero y abundante como el anterior, mientras todos los hombres y mujeres se comprometen a cuidar la tierra y a mantener los equilibrios necesarios con la finalidad de abrigar esperanza para decir que vendrán días mejores
Este encuentro de reflexión y de agradecimiento, como lo hacían nuestros ancestros, termina cuando el sol ha derramado su calor infinito sobre la tierra, lo que invita a degustar un buen plato de kalapurca, mientras que los más osados hacen de un fugaz huayno la más hermosa danza, sobre los pedregosos y enfilados cerros sagrados.