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En la marcha por el "Territorio y la dignidad" mas de 800 indígenas caminaron desde Trinidad a la Paz durante 34 días.

La revolución de 1952, con un claro objetivo homogeneizador clasita, desconoció las particularidades de los pueblos originarios y caracterizó a todos los habitantes de áreas no urbanas como “campesinos”.

En las tierras bajas, en las zonas donde los espacios ya estaban ocupados por los latifundistas, la tenencia de la tierra continuó bajo dominio de éstos, ampliándose mas bien la frontera agropecuaria empresarial en algunos sectores donde los indígenas habitaban. Allí, en esos amplios territorios pero sin ninguna titulación, los indígenas desarrollaban actividades agropecuarias de subsistencia, combinadas con las de cacería, pesca y recolección.

De ese modo, aquellos territorios que les quedaban a los pueblos indígenas, fueron considerados por los administradores del Estado, como tierras baldías y dotadas por el Consejo de Reforma agraria a las grandes empresas agropecuarias/ganaderas o a acaparadores de tierras.