El conjunto de los huesos y las articulaciones que forman el esqueleto constituye la estructura básica que hace posible los movimientos. Sin embargo, estos no tienen lugar hasta que los músculos no se contraen o se relajan. Además, este efecto es variable y está controlado en la mayoría de los casos por la voluntad del individuo. La musculatura desempeña asimismo otro papel importante, como elemento de volumen que da forma y aspecto al cuerpo en general. Es la masa orgánica que rodea al esqueleto y recubre y protege los órganos internos. Para su funcionamiento necesita energía, y esta precede de los alimentos y llega en forma de compuestos orgánicos a través de la sangre.
El sistema muscular en los vertebrados, se controla a través del sistema nervioso, aunque algunos músculos (tales como el cardíaco) pueden funcionar en forma autónoma. Aproximadamente el 40% del cuerpo humano está formado por músculos, vale decir que por cada kg de peso total, 400 g corresponden a tejido muscular.
2. ESTRUCTURA Y FUNCIONAMIENTO DE LOS MÚSCULOS
Los músculos pueden definirse como órganos de forma aplanada o ahusada, constituidos por tejido muscular y rodeados de una vaina o cubierta de naturaleza fibrosa, denominada aponeurosis o fascias. Las fibras de colágeno de esta cubierta mantiene una continuidad física con el tejido muscular.
La unión del musculo al hueso puede hacerse de dos maneras: bien de forma directa, bien a través de una banda o cordón de tejido conjuntivo, que recibe el nombre de tendón. Lo mismo que los músculos, también los tendones aparecen rodeados de una aponeurosis.
Hay que considerar también, la presencia de unas estructuras de función amortiguadora, que tiene forma de bolsas y están llenas de un líquido seroso. Se disponen junto al músculo, interponiéndose entre este y el hueso, o bien entre el tendón y el hueso.
EL TEJIDO MUSCULAR
El tejido muscular está formado por células de forma variable, según el tipo de músculos, pero especializadas en mayor o menor grado en la contracción. Este efecto mecánico se consigue mediante la transformación de la energía química (almacenada en forma de un compuesto químico orgánico llamado adenosintrifosfato, ATP) en trabajo mecánico, es decir en una contracción o una relajación.
La célula muscular puede ser de forma redondeada o ahusada, respectivamente, en la musculatura cardiaca y la musculatura lisa, o bien alargada como una fibra, en a musculatura esquelética.
Además de los orgánulos que existen en la mayoría de las células, como las mitocondrias o el aparato de Golgi, y en diversas sustancias y compuestos que aparecen disueltos o dispersos por el citoplasma, la célula muscular contiene como elemento funcional básico unos filamentos contráctiles, delgados y de gran longitud que reciben el nombre de miofibrillas, cuyo número puede llegar a ser muy elevado.
Un estudio detallado al microscopio electrónico muestra que las miofibrillas, a su vez, constan de un gran número de filamentos todavía más delgados. Se trata de proteínas de dos tipos: miosina y actina. El deslizamiento de estas fibras ultramicroscópicas es lo que determina la contracción o relajación de la fibra muscular y, por ende, del músculo.
TIPOS DE TEJIDOS QUE COMPONEN EL SISTEMA MUSCULAR
Pueden distinguirse tres tipos de tejido que componen el sistema muscular: tejido liso, estriado y cardíaco.
El tejido muscular liso está formado por células alargadas y con un único núcleo, y las miofibrillas se disponen longitudinalmente, con lo cual, cuando el músculo se contrae, las células se acortan.
Este tipo de tejido se contrae y relaja de forma relativamente lenta, y lo hace de un modo automático, siendo su función la de mantener el tono muscular en los órganos huecos, como, por ejemplo, en los vasos sanguíneos, el tubo digestivo, los conductos excretores, etc. Se encuentra también en la piel y en os ojos.
El tejido muscular liso está conectado a fibras nerviosas de los sistemas simpático y parasimpántico, es decir, desde el sistema nervioso autónomo. Por consiguiente, su actividad es buena medida independiente de la voluntad del individuo.
El tejodo muscular estriado está formado por células alargadas y fucionadas entre si en una unidad llamada fibra muscular, que en consecuencia posee varios núcleos. La fibra es, pues, el resultado de la función de varias células que pierden sus paredes, o bien surge cuando una celula se divide, pero no se formas los tabiques de separación entre las nuevas células resultantes. Las contracciones y relajaciones de este tipo de tejido que forma los musculos esqueléticos, es decir, los responsables de los movimientos mecánicos del cuerpo. Se encuentra en los musculos de brazos y peiernas, en el tronco y en todas aquellas partes de la anatomía humana con capacidad de movimiento activo y están sujetas a la voluntad del individuo.
El tejido muscular cardíaco es un tipo intermedio entre los dos anteriores, pues aun cuando por su origen es similar al estriado, posee las características propias del tejido liso. Las células que lo forman se unen entre si entrelazándose como una red. Este tejido constituye la mas del corazón, denominándose miocardio, y funciona de un modo automático, sin estar sometido a la voluntad del sujeto, además con muy bajo consumo de energía.
FUNCIONAMIENTO DE LOS MÚSCULOS
Los músculos son asociados generalmente en las funciones obvias como el movimiento, pero en realidad son también los que nos permiten impulsar la comida por el sistema digestivo, respirar y hacer circular a la sangre.
El funcionamiento del sistema muscular se puede dividir en 3 procesos, uno voluntario a cargo de los músculos esqueléticos el otro involuntario realizado por los músculos viscerales y el último proceso deber de los músculos cardíacos y de funcionamiento autónomo.
Los músculos esqueléticos permiten caminar, correr, saltar, en fin facultan una multitud de actividades voluntarias. A excepción de los reflejos que son las repuestas involuntarias generadas como resultado de un estímulo. En cuanto a los músculos de funcionamiento involuntario, se puede especificar que se desempeñan de manera independiente a nuestra voluntad pero son supervisados y controlados por el sistema nervioso, se encarga de generar presión para el traslado de fluidos y el transporte de sustancias a lo largo del organismo con ayuda de los movimientos peristálticos (como el alimento, durante el proceso de digestión y excreción). El proceso autónomo se lleva a cabo en el corazón, órgano hecho con músculos cardíacos. La función primordial de este tejido muscular es contraerse regularmente, millones de veces, debiendo soportar la fatiga y el cansancio, o si no, el corazón se detendría.
3. CUIDADO DEL SISTEMA MUSCULAR
Para mantener al sistema muscular en óptimas condiciones, se debe tener presente una dieta equilibrada, con dosis justas de glucosa que es la principal fuente energética de nuestros músculos. Evitar el exceso en el consumo de grasas, ya que no se metabolizan completamente, produciendo sobrepeso. Para rutinas de ejercicios físicos prolongados, necesitan una dieta rica en azúcares y vitaminas.
Además de una alimentación saludable se recomienda el ejercicio físico, el ejercicio muscular produce que los músculos trabajen, desarrollándose aumentando su fuerza y volumen, adquiriendo elasticidad y contractilidad, resistiendo mejor a la fatiga. También beneficia el desarrollo del esqueleto porque lo robustece, fortalece y modela, debido a la tracción que los músculos ejercen sobre los huesos, si los ejercicios son correctamente practicados, perfeccionan la armonía de las líneas y curvas. El ejercicio ayuda al desempeño de los órganos. Aumenta el volumen torácico, mejora la respiración y la circulación sanguínea, ampliando el tamaño de los pulmones y del corazón. Otro efecto del ejercicio físico, es que provoca un aumento considerable en el apetito, favoreciendo la digestión y la asimilación de los alimentos.
4. ENFERMEDADES
Las enfermedades que afectan al sistema muscular pueden ser producidas por algunos virus que atacan directamente al músculo, también se experimentan dolencias por cansancio muscular, posturas inadecuadas, ejercicios bruscos o accidentes.
Algunas enfermedades y dolencias que afectan al sistema muscular son:
Desgarro Muscular
Desgarro: ruptura del tejido muscular.
Calambre: contracción espasmódica involuntaria, que afecta a los músculos superficiales.
Esguince: lesión producida por un daño moderado o total de las fibras musculares.
Distrofia muscular: degeneración de los músculos esqueléticos.
Atrofia: pérdida o disminución del tejido muscular.
Hipertrofia: crecimiento o desarrollo anormal de los músculos, produciendo en algunos casos serias deformaciones. No obstante, la hipertrofia muscular controlada es uno de los objetivos del culturismo.
Poliomielitis: conocida comúnmente como polio. Es una enfermedad producida por un virus, que ataca al sistema nervioso central, y ocasiona que los impulsos nerviosos no se transmitan y las extremidades se atrofien.
Miastenia gravis: es un trastorno neuromuscular, se caracteriza por una debilidad del tejido muscular y el sistema muscular tiene un componente ácido.