Attach:escTarija.jpg Δ escudo de Tarija
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Cuando Francisco de Toledo se hizo cargo del virreinato del Perú, las incursiones y ataques de los indios chiriguanos se habían convertido en un motivo de preocupación no solamente para la seguridad de la “frontera”, sino para los pueblos inmediatos a La Plata y Potosí. Una vez que hubo dado fin con la rebelión de Tupac Amaru I, Toledo resolvió marchar hacia tan lejanos confines.
Secularmente, los valles del sudoeste habían sido amagados y atacados por grupos chiriguanos (guatataes, aguaces, guaycurios, topis), en un afán constante por invadir tierras mas benignas para la vida que la llanura árida, inclemente y boscosa del Chaco.
El virrey aprecio la necesidad de organizar, ya no fuerzas que detuvieran esporádicamente a las tribus chiriguanas, sino de establecer centros desde los cuales se pudieran contener tales ataques.
Con gente venido del Perú y reclutada en todo el trayecto, en 1573 Toledo destaco desde La Plata dos contingentes, uno hacia Tomina y el otro en dirección del río Pilcomayo, y el mismo llego hasta Itau, en los bordes del Chaco.
La expedición que duro ocho meses no alcanzo los objetivos propuestos. Los chiriguanos eran más numerosos de lo que se pensaba. Disminuido físicamente, Toledo regreso a La Plata y desde allí encargo al capitán Luis de Fuentes, corregidor de la provincia de Chichas, la fundación de la villa de San Bernardo de la frontera de Tarija, con una jurisdicción de veinte leguas hacia los Chichas y treinta a la chiriguanía.
Con el titulo de capitán y justicia Mayor, acompañado de medio centenar de españoles y con las atribuciones de repartir solares e impartir justicia, con las formalidades acostumbradas, Fuentes fundo la Villa de Tarija el día 4 de julio de 1574.
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